La Psiconeuroinmunología (PNI) es la ciencia transdisciplinaria
que estudia las interacciones y comunicación bidireccional entre el comportamiento,
el SNC, el sistema endocrino y el sistema inmunológico (Figura 1). Las
evidencias son de dos tipos: a) evidencias directas que apoyan la interacción
entre el sistema nervioso y el sistema inmune, de tipo anatómicas y fisiológicas
y que indican una relación directa entre estos dos sistemas; b) evidencias
indirectas que demuestran que durante disturbios psicológicos, el sistema
inmune se puede alterar, lo que puede influir en la resistencia a las
enfermedades y el curso de las mismas. Los aspectos clínicos de la PNI
van desde el entendimiento de los mecanismos biológicos bajo la influencia
de factores psicosociales, hasta los aspectos biorregulatorios que incluyen
la red compleja de interacciones generadas por los sistemas neuroendocrino
e inmunológico, en el mantenimiento de la salud y en la lucha contra las
enfermedades (Solomon, 1993, 1995).
MODELO DE INTERACCIÓN ENTRE EL SNC,
EL SISTEMA ENDOCRINO Y EL SISTEMA INMUNOLÓGICO: EFECTO
DEL ESTRÉS. Estrés es la respuesta del organismo a influencias
ambientales las cuales tienden a empujar las funciones del sistema fuera
de su balance normal. Un estresante es un estímulo que induce una respuesta
fisiológica anormal. En la figura 2 se demuestra la interacción entre
el SNC, el sistema endocrino y el sistema inmunológico, explicando los
eventos que se suceden cuando el SNC procesa la información sobre eventos
estresantes, tanto de orden emocional como físico, lo cual va a depender
del estado actual del individuo, así como de sus experiencias pasadas
que le servirán de base para la interpretación de dichos eventos. Esta
información viaja a través del SNC, tanto por la vía del eje hipotalamo-
pituitaria -adrenal (eje HPA) como por la vía autonómica, hasta el sistema
inmune. En el primer caso se produce la liberación de la hormona liberadora
de corticotropina (CRH) por parte de las neuronas en el hipotálamo, que
induce a la glándula pituitaria a liberar a la circulación la hormona
corticotropica adrenal (ACTH) la cual actúa a nivel de la zona cortical
de las glándulas adrenales, resultando en la secreción de glucocorticoides,
los cuales tienen conocidos efectos inmunosupresores. Por la vía autonómica
a nivel de la zona medular de las glándulas adrenales se produce las catecolaminas,
nor-adrenalina y adrenalina, esta última, también con conocidos efectos
inmunosupresores. Es decir que el estrés ya sea por la vía neuroendocrina
o por la vía autonómica conduce a la liberación de moléculas en las glándulas
adrenales que tienen un efecto supresor sobre la respuesta inmune.
Un ejemplo del funcionamiento de este mecanismo se observa
en los deprimidos crónicos, en quienes se ha demostrado que la producción
de GC aumenta por encima de los valores normales, lo cual puede incrementar
considerablemente el riesgo de enfermedad.
Todos estos hallazgos de laboratorio correlacionan con una literatura
científica relativamente consistente que sugiere que individuos que experimentan
cambios negativos en su vida reciente tienen un mayor riesgo de contraer
una variedad de enfermedades incluyendo enfermedades infecciosas (Cohen
y Syme, 1985). Así mismo, en varias condiciones de estrés crónico tales
como: viudez, divorcio, pobre relación marital, familiares de pacientes
con Alzheimer y estrés académico (Kiegolt-Glaser y col.,1985, 1987 a y
b), se ha encontrado una disminución de parámetros inmunológicos tales
como: disminución de la actividad de las células "natural killer" (esenciales
en la lucha anti-tumoral), aumento del cortisol plasmático (que causa
una supresión de la respuesta inmune), disminución de la respuesta de
células T frente a mitógenos (esenciales en la lucha contra una diversidad
de patógenos) y aumento de los títulos de anticuerpos contra el virus
de Epstein Barr (evidencia de una reactivación viral). Por ejemplo, los
viudos (as) generalmente tienen una mayor morbilidad y mortalidad que
los controles apareados y experimentan una mayor incidencia de mortalidad
por cáncer que la población en general (Verbrudge, 1979).
Nuestra Fundación está comprometida con la investigación
de las herramientas y metodologías terapéuticas que permitan revertir
el proceso de enfermedad en proceso de autosanación.
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